Villa Protectora de San Miguel el Grande y Santuario de Jesús Nazareno de Atotonilco

La ciudad de San Miguel de Allende

San Miguel de Allende constituye uno de los primeros ejemplos de desarrollo territorial y urbano racional en las Américas. Surgió en el siglo XVI al amparo de la necesidad de proteger uno de los caminos interiores de la colonia que abrieron los españoles. La ciudad floreció en el siglo XVIII con la construcción de numerosos edificios religiosos y civiles que representan admirablemente la evolución de las tendencias y estilos arquitectónicos y artísticos diferentes, desde el barroco hasta el neogótico de finales del siglo XIX. Sus mansiones urbanas son excepcionalmente grandes y lujosas para una ciudad de tamaño medio en América Latina, y son un espléndido ejemplo de la transición del barroco al neoclásico. Además, constituye un ejemplo excepcional del intercambio de valores humanos, ya que debido a su ubicación y funciones, la ciudad actuó como un crisol en el que españoles, criollos e indígenas intercambiaron influencias culturales, algo que se refleja tanto en lo tangible como en el patrimonio inmaterial.

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