Sitio de Palmira

Esplendor y caída

En aquella época, los sasánidas, habitantes del actual Irán, se consideraban lo bastante fuertes para disputar a Roma la supremacía en Asia. Durante un tiempo el Imperio romano estuvo a punto de ser derrotado. Sólo el ejército de Palmira pudo cambiar el curso de los acontecimientos. Odaenathus se convirtió en el comandante en jefe de todas las unidades romanas de Oriente, al mando de cuyas tropas conquistó nuevos territorios en Oriente y reabrió para Palmira las vías comerciales que habían sido cortadas por los sasánidas. Pero, como era habitual en la turbulenta política de la Antigüedad, el monarca fue asesinado, sucediéndole en el poder su esposa Zenobia. El título de soberano fue asumido nominalmente por su hijo Vaballathus, pero las decisiones no se tomaban sin el consentimiento de la madre, quien poseía gran ansia de poder y mucha habilidad táctica. En el año 271 los palmiranos fueron derrotados en diversas batallas y la capital sucumbió: el gran imperio dejó de existir, y un año después fue destruido por los romanos. Zenobia intentó huir, pero fue hecha prisionera. Todavía hoy se desconoce cuál fue su destino.

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