Sitio arqueológico de Delfos

Un terreno abonado

La carretera actual divide el conjunto arqueológico de Delfos en dos partes. En la parte inferior se ubica un recinto secundario que alberga las ruinas de un pequeño templo circular dedicado a la diosa Atenea Pronaia, el Tholos, una de las más bellas construcciones de la antigüedad griega. En la superior se halla, ampliamente distribuido por la montaña, el distrito sagrado propiamente dicho. En su época de esplendor, entre los siglos VII y IV a. de C, ofrecía una impresionante panorámica a los peregrinos que acudían procedentes de todas partes: a través de una «avenida sagrada» adoquinada iban ascendiendo montaña arriba por las sucesivas terrazas construidas en la ladera. Pasaban por diversas cámaras del tesoro, donde las grandes ciudades del mundo helénico guardaban sus ofrendas. De los numerosos edificios y estatuas que bordeaban esta empinada «avenida» ya sólo se reconocen las bases y los pedestales. Una afortunada excepción la constituye la restaurada cámara del tesoro de los atenienses, que data del siglo II a. de C, en cuyas paredes cubiertas con más de 800 inscripciones figuran también dos himnos dedicados al dios Apolo.

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