Reservas Naturales de Air y de Teneré

Huellas en el paisaje lunar

Donde ahora se extiende un desierto infinito existió antaño una sabana y un lago poco profundo, como ponen de manifiesto las dunas de Ténéré, formadas por los vientos del nordeste, montículos que en algunos casos alcanzan los trescientos metros de altitud y que aparecen como un espejismo producido por la falta de agua. No obstante, en este paisaje lunar los arqueólogos han encontrado restos de asentamientos y de pueblos abandonados: las puntas de flecha, piedras de afilar hechas de jaspe verdoso, hematita roja y piedra de volcán, así como los restos de cerámica decorada son documentos fehacientes del período de esplendor neolítico de los ténérien y que se remonta a 4.000 años a. de C.

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