Monte Tai

La cabeza del Pangu

En primer lugar, el macizo de roca intrusiva asciende bruscamente desde la interminable llanura del norte de China, algo que le hace parecer más imponente que otras montañas de mayor altitud. Por otra parte, con sus escarpados declives de roca, sus torrentes de montaña y sus nudosos árboles ofrece una imagen impresionante. Además, al estar situado al este del territorio cultivado más antiguo de China, se convirtió en un símbolo peculiar, debido a su ubicación en el lugar del sol naciente, es decir, del origen de la vida y por consiguiente de la fuerza vital acumulada. Además estas montañas desempeñan un papel muy importante en el mundo espiritual chino: están cerca del cielo, sus cimas sobrepasan las nubes y, debido a que en sus declives nacen los ríos, también alimentan al país y gobiernan el destino de los hombres. Todo ello explica que a Taishan se le haya atribuido mayor poder de veneración. Sin embargo, también es cierto que este significado era conferible a otras muchas cimas, lo cual permite comprender el culto a las montañas generalizado en el imperio. No obstante, ningún otro caso es comparable al de la veneración al monte Taishan, caso excepcional debido a su aspecto magnificiente y a su orientación hacia el este. Por esta razón, se convirtió en la primera de las Cinco Montañas Sagradas. Este conjunto, compuesto por las montañas sagradas del Norte, del Sur, del Oeste, del Centro, del Este –el Taishan– representa desde hace más de 2.000 años la esencia y la sistematización de los cultos a la montaña en China. El número cinco corresponde al número de los dedos de la mano y, sobre todo, al número de las direcciones celestes, incluyendo el centro. Asimismo corresponde a la cifra de extremidades del hombre: dos piernas, dos brazos y la cabeza. Según la leyenda, al morir el primer gigante, Pangu, su cuerpo se convirtió en la tierra, mientras que su cabeza dio origen al Taishan. Esta antigua narración mitológica explica la situación especial en la que se localiza el monte: «Él, es el verdadero nieto del Emperador Celeste», según reza la inscripción que el emperador Xuanzong ordenó esculpir en la cima de la montaña del Este en el año 726. «Él es el hogar de todas las fuerzas mágicas; él es el inicio de todas las cosas y el señor de las Cinco Montañas Sagradas.»

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