Monte Saint-Michel y su bahía

Una pirámide en el mar

En 1847, Gustave Flaubert se aventuró por el peligroso camino que conduce a la marisma: «Ante nuestros ojos se elevaba una gran roca redondeada. Su base estaba rodeada de murallas con almenas; en la cima había una iglesia cuyas torres de vigilancia se hallaban firmemente ancladas en la arena, en tanto que sus campanarios se alzaban en el aire a gran altura.» Esta descripción tiene todavía validez un siglo y medio después, salvo por un importante detalle: el dique de conexión construido en 1879, que ha convertido el monte en una península. Victor Hugo criticó el proyecto de construcción del dique: «El monte Saint-Michel es para Francia lo que la gran pirámide para Egipto. Por ello hay que protegerlo de cualquier desfiguración. El monte Saint-Michel debe seguir siendo una isla.» No obstante, sus críticas fueron desoídas.

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