No existe otro monumento que simbolice de forma tan espectacular la dramática historia de Punjab, palabra que significa «país de los cinco ríos», como el gigantesco cañón dorado que, según la leyenda, asegura el poder sobre la región. No muy lejos del malogrado cañón Zan Zama, que en 1848 recibió varios disparos que hicieron que desapareciera, los monumentos de arenisca roja y mármol blanco situados en el interior de la fortaleza evocan los tiempos felices en que Lahore, al igual que Delhi y Agra, se convirtió en una nueva residencia del Imperio mogol. Lahore fue conquistada y sitiada en numerosas ocasiones, por lo que su fortaleza, sus palacios, sus mezquitas y sus portales tuvieron que ser construidos varias veces. A pesar de ello la ciudad sigue transmitiendo la imagen elegante y señorial que tuvo en tiempos del gran mogol Akbar.
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