Ciudad histórica de Toledo

Una ciudad con una larga historia

La antigua Toletum fue fundada hace más de 2.000 años y tomada por los romanos en el 193 a. de C. El historiador romano Tito Livio (59 a. de C.-17 d. de C.) la describió como «pequeña población fortificada». Los numerosos acontecimientos que se precipitaron a partir del momento de la decadencia romana son los responsables de que Toledo no conserve hoy muchas representaciones de este período. Los únicos vestigios importantes que se conocen son las ruinas de un circo y de un puente muy sencillo, provisto de un gran arco central, que atraviesa la hoz del Tajo y que, reconstruido por los árabes a su llegada, permanece todavía en uso. Se trata del llamado puente de Alcántara, palabra árabe esta última, que significa precisamente «el puente». En el Concilio de Toledo celebrado en el 589 el rey visigodo Recaredo se convirtió al cristianismo. La ciudad fue la capital del reino visigodo de Toledo, que se mantuvo hasta 711 y que fue el modelo de los reinos noroccidentales de Asturias y León. Los conquistadores árabes tomaron Toledo sin recurrir a la violencia en el año 712 bajo el mando del caudillo bereber Tarik, quien hizo construir la medina fortificada (casco antiguo) con la mezquita principal y el mercado, hoy llamada por los toledanos Zocodover, término derivado del árabe souk (zoco).

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